Juan el bautista: anuncio, nacimiento y niñez

Escrito el 28/03/2019
Iglesia Rey de Gloria


Lección 6

Evangelios Sinópticos

Texto base: Lc. 1:5-25 y 57-80


Lucas es el único evangelista que registra la anunciación, nacimiento e infancia de Juan el Bautista. Lo cual es otra demostración de cómo el reporte de los tres sinópticos se complementa entre si y los tres juntos nos presentan un cuadro completo de la vida y enseñanza de Cristo, que no sería posible si solo uno o dos hubieran escrito. Al leer cuidadosamente el capítulo 1 de Lucas, nos damos cuenta inmediatamente que el propósito del evangelista en reportar las historias del nacimiento de Juan y de Jesús es explicar la relación entre los dos, reportar la íntima relación entre el judaísmo y el cristianismo y llamar la atención sobre el hecho de que la manifestación del don del Espíritu Santo juntamente con el avivamiento del ministerio profético son señales inequívocas del amanecer de la era mesiánica.

     El avance de la fe cristiana en los días en los que Lucas escribe su evangelio estaba enfrentándose a un gran desafío. Los seguidores de Juan habían fundado una secta que enseñaba que Juan era el mesías y que la evidencia de la superioridad de Juan sobre Cristo era el hecho de que Juan había bautizado a Jesús. El reporte de los dos nacimientos por Lucas lleva el propósito de poner las cosas en su lugar. Lucas explica y establece la función y el papel de cada uno, dejando clara y contundentemente establecida la superioridad del señor Jesús y la subordinación de Juan. Jesús es el Mesías de Israel, el tan largamente esperado rey y libertador.

 Lucas nos presenta el nacimiento de Juan en íntima relación con Jesús. Al hacerlo, está estableciendo que Cristo es el cumplimiento del Antiguo Testamento y que Juan es el profeta precursor del Mesías tan anunciado por los profetas.

     Los días del nacimiento de Juan eran días oscuros para Israel. Herodes el Grande, que había sido nombrado por el Senado Romano Rey de Judea en el año 40 aC. , era profundamente resentido por el pueblo judío. Israel no había escuchado palabra profética de parte de Dios por 400 años desde que Malaquías había profetizado la venida de Elías. El liderazgo espiritual del pueblo se encontraba encadenado por las tradiciones muertas. Sin embargo había un grupo en Israel que creía que el pueblo estaba viviendo en la víspera de la gran intervención de Dios a favor de su pueblo oprimido.

1. La Aparición del Ángel y su Anunciación a Zacarías es de un Gran Significado.

·       Marca, por un lado, el rompimiento del silencio sostenido por Dios por 400 años (de Malaquías a las apariciones y anunciaciones del Arcángel Gabriel a Zacarías, María y José). Por estos 400 años Dios no había hablado proféticamente ni se le había revelado a Israel. Este rompimiento del silencio marcaba una nueva era, la era mesiánica, la era de Cristo, la era de la iglesia, la era del nuevo testamento.

·       Por otro lado, marca la reanudación o avivamiento del ministerio profético. Como resultado de la anunciación del nacimiento de Juan; Zacarías, Elizabet y María profetizan.

2. La anunciación del nacimiento de Juan viene a un sacerdote fiel de la casa de Abías (Lc 1:5-7).

·       Zacarías (cuyo nombre significa "Jehová ha recordado") y Elizabet su esposa (nombre que significa "Dios es mi juramento") formaban una pareja sacerdotal verdaderamente ejemplar en todos los sentidos. Su única tristeza era el hecho de que ya eran ancianos y Dios no les había concedido tener hijos. Esto, especialmente para la mujer en Israel, era una pena muy grande, ya que la matriz estéril era considerada como juicio de parte de Dios. Por lo tanto, habían hecho esta necesidad motivo de permanente oración delante de Dios. Por la reacción de Zacarías ante el anuncio del ángel, nos damos cuenta de que, tanto Elizabet como él, se habían dado por vencidos.

·       Zacarías era sacerdote de la clase de Abías. Los sacerdotes en Palestina estaban divididos en 24 clases. La clase de Abías era la octava (1ª.Cr. 24:10). La comunidad sacerdotal en los días de esta anunciación era de aproximadamente 20,000 sacerdotes. Cada clase tenía la oportunidad de ministrar en el templo de Jerusalén solo dos veces al año, una semana cada vez. 

·       Cada clase estaba compuesta por cientos de sacerdotes, por lo tanto, eran escogidos por suertes para oficiar ciertos rituales. Ofrecer el incienso, que se realizaba diariamente, en la maña y en la tarde era un altísimo privilegio que un sacerdote solo tenía una vez en la vida, debido a que eran tantos.

3- La reacción de Zacarías ante la anunciación del ángel (Lc.1:8-17)

A pesar de que Zacarías era sacerdote irreprensible, de gran fe, consagración y buen testimonio delante de su pueblo, le respondió  a Dios en gran debilidad. Su reacción fue de temor e incredulidad

·       El temor de Zacarías se debió a la gran visión del Arcángel Gabriel. Aquí tenemos a un sacerdote consagrado que entra al templo que era la habitación real de Dios, para ofrecer el incienso que representaba la oración del pueblo. La misión de Zacarías ese día era llevar al pueblo a un encuentro real con su Dios. Sin embargo, no iba preparado. ¡No esperaba ver a Dios! ¡Había entrado a su presencia pero no esperaba verlo! ¡Qué tragedia! ¿Qué lección espiritual tiene esto para nosotros?

·       La incredulidad en el corazón de Zacarías es su reacción a la anunciación de parte de Dios de que aún a su edad anciana, Dios iba a responder a su petición y les daría un hijo que se llamaría Juan y que vendría a este mundo con una misión muy especial. La pareja había orado por este hijo toda su vida y ahora que Dios les anuncia que el tiempo ha llegado para recibir lo que habían pedido, Zacarías no lo puede creer. ¿Qué nos enseña esto a nosotros?

·       Dios reprende la incredulidad de Zacarías dejándolo mudo por todo el tiempo del embarazo y hasta el nacimiento del hijo prometido. ¿Qué nos quiere enseñar el Espíritu a nosotros a través de esto?

4. El Ángel le explica a Zacarías cual será el propósito divino del nacimiento y vida de Juan (Lc. 1:13-17).

·       Llamará su nombre “Juan”, que significa “Dios es lleno de gracia”. El nombre del profeta siempre expresó la esencia de su mensaje. Dios en su infinita misericordia y gracia para el hombre, se vuelve y le cumple a Zacarías, a Israel y a la humanidad entera sus promesas de redención y salvación.

·       Traerá gozo y alegría a sus padres y a muchos otros que entienden los tiempos y los procedimientos de Dios.

·       Será grande delante de Dios por la misión que tiene de ir delante del Señor Jesús preparándole el camino.

·       Será “nazareo” para Dios, totalmente consagrado a Él (Num. 6); para ser usado de acuerdo a su perfecta voluntad, por lo tanto.

Lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre

·       Juan sería un llamamiento a Israel para arrepentimiento de tal manera que la gente estuviera preparada para ese día tan esperado de la visitación de Dios a su pueblo. De acuerdo con  Malaquías 4:5-6, en el que se basa esta promesa, Elías el profeta aparecería antes del "grande y terrible Día del Señor". La comunidad cristiana, basada en la enseñanza del Señor Jesús (Mt. 11:14 y 17:12) siempre entendió a Elías en esta referencia como un símbolo del “espíritu profético precursor”, el cual es representado por Juan el Bautista al ser el precursor del Señor Jesús, y al cumplir con esta misión, se cumple en él la profecía de Malaquías.

5- El nacimiento de Juan anuncia cosas maravillosas acerca del Señor Jesús (Lc. 1:57-80).

     La bendición de Dios descansaba abundantemente sobre Zacarías y Elizabet y cuando el tiempo se cumplió, les envió un hermoso bebé  exactamente como se los había prometido y lo nombraron Juan como habían sido instruidos hacer. Tan pronto como Zacarías escribió e una tablilla "Juan es su nombre", Dios desató su lengua y pudo volver hablar. Sus primeras palabras fueron un himno que cantó en profecía, el cual nos presenta cuatro cuadros preciosos de lo que la encarnación de Cristo significa para el hombre pecador:

·       El nacimiento de Cristo en Belén de Judea es redención para el hombre pecador (vr. 68). Redimir es poner en libertad a través del pago de un gran precio. Cristo pone en libertad del pecado a todo aquel que confía en Él, porque ha pagado su precio en la cruz del calvario.

·       La victoria de una gran batalla (vrs. 69-75) que es la batalla contra el enemigo de nuestra alma (Col. 1:12-14).

·       Perdón de pecados o cancelación de nuestra gran deuda delante de Dios (vrs. 76-77)

·       El amanecer de un nuevo y glorioso día (vrs. 78-79).