¡Enséñanos oh Señor a contar nuestros días!

Escrito el 03/05/2019
Iglesia Rey de Gloria


Lección 7

Los libros poéticos


 

Acercamiento al Tema:

Con el Salmo 90 entramos a lo que es el Libro IV de los Salmos que comprende los poemas 90 al 106, diecisiete en total.

De estos diecisiete, trece son anónimos, y sólo de cuatro sabemos algo sobre su autor. El 90 es un canto de Moisés, y el 95, 101 y 103 son himnos de alabanza de David.

Nuestro Salmo en esta ocasión, el 90, es una oración de Moisés. es, por tanto, el salmo más antiguo.

Al analizar su contenido, la mayoría de los estudiosos del Salterio concuerdan en que seguramente Moisés escribió esta oración en el contexto del gran fracaso de Israel en Cades- barnea (Números 13-14)

El pueblo (con excepción Josué y Caleb) había rehusado confiar en Dios y seguir a Moisés, y en lugar de entrar y tomar la tierra por fe, se volvió atrás en incredulidad, y provocó la ira y el juicio de Dios. Dios juzgó al pueblo y lo hizo caminar en círculos en el desierto por 38 años, hasta que toda aquella generación que era mayor de veinte años muriera en Cades. Después de que Dios diera su sentencia. Moisés se vuelve a Dios para expresarle su dolor, su pena, sus convicciones y para pedir su refugio y su fortaleza

En esta situación de gran crisis (la traición Cades-barnea) queda a flor de tierra; la pecaminosidad, la fragilidad, la brevedad de la vida humana frente a la eternidad, santidad y gran misericordia de Dios.

Ante esta gran realidad, la oración cantada de Moisés es que cada miembro del pueblo se dé cuenta que la vida que le queda es muy breve, y que por tanto debe vivirla para la gloria de Dios a fin de recibir su eternidad.

 

El Bosquejo Sugerido Para Esta Lección

 

 

La eternidad de Dios y la fragilidad del hombre nos hace concluir que la vida es corta y hay que vivirla para la gloría de Dios

 (vr. 1-6]

 

 

 

  1. En Cades Moisés analiza la fragilidad humana. El hombre frente al poder y eternidad de Dios es como un día que ya pasó (ayer), como una de las vigilias de la noche (tres horas), como la yerba de un día. Y aun así el hombre se rebela contra Dios y no quiere ser guiado y ayudado por Dios.
  2. Ante la realidad de su naturaleza débil y frágil, al hombre no le queda alternativa más que volverse a Dios y refugiarse en Él. Dios es eterno, creador del universo. Sólo Dios puede ser refugio del hombre por sus generaciones.
  3. Darse cuenta de su fragilidad, de la grandeza de Dios, y de que sólo en Dios hay esperanza de vida eterna y de lo trascendente que es saber contar sus días y traer al corazón sabiduría, esto es, saber invertir la vida en Dios de manera que valga la pena.

 

 

 
 

La consideración de la santidad de Dios y la pecaminosidad del hombre nos lleva a la conclusión de que la vida es corta y se debe vivir para la gloria de Dios (vrs. 7-12)

 

 

 

Lo que está en el trasfondo de estos versículos es el juicio de Dios en Cades. Allí Dios había jurado que todo el pueblo mayor de veinte años moriría en el desierto como consecuencia de su pecado de incredulidad en Cades. Esto lleva a Moisés a reflexionar lo corto que es la vida del hombre aquí en la tierra. En términos generales el hombre vive setenta años y los más fuertes ochenta, pero con fortaleza y todo, esos años extras son sufrimiento.

El pecado del hombre ha acortado su vida física en este orden presente. Estamos plagados de enfermedades y amenazas permanentemente por la violencia en nuestras ciudades y comunidades.

¿Quién puede asegurarnos que estaremos vivos mañana? Nuestro propio pecado ha hecho la vida frágil y breve.

¿No sería sabio volvernos a Dios y vivir de acuerdo con su voluntad los pocos días que tenemos para vivir aquí sobre la tierra y recibir así la eternidad de Dios?

Tomar en cuenta tal realidad y someterse a la voluntad Dios es para Moisés aprender de Dios a contar nuestros días a fin de vivirlos sabiamente para Dios.

 

 
 

Volvernos a Dios y pedir su misericordia es reconocer que la vida es corta y hay que vivirla para la gloria de Dios (vrs. 13-17]

 

 

 

Moisés se da cuenta de que necesitamos la ayuda de Dios para poder entender que la vida sobre la tierra es muy breve y que necesitamos vivirla para Dios a fin de trascender tal brevedad y recibir la bendición de la vida eterna.

Así la oración de Moisés concluye suplicando la gracia y la misericordia de Dios que se debe expresar en:

  • Perdón (v. 13)
  • Alabanza en el corazón como un don de Dios, como algo que Dios pone allí y que el hombre agradecido solamente expresa (v. 14)
  • Restauración verdadera (v 15)
  • Transformación, cambio de vida, regeneración de corazón que impacte nuestras generaciones, comenzando por nuestros lujos (v. 16).
  • La guianza diaria de Dios en todo lo que hacemos, sea de palabra o de hecho (vr.17)

 

Solo así seremos capaces de contar nuestros días y traer al corazón sabiduría. Sólo así podremos vivir para la gloria de Dios y alcanzar la vida eterna.

 

Conclusión