La agonía de Jesús

Escrito el 09/04/2020
Pastor César Jimenez


“Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas.” (Marcos 14:27)

La noche del jueves, previo a la crucifixión debería ser una noche de fiesta, porque en esa noche todos los judíos preparaban la pascua para celebrar el viernes la liberación de Egipto, la noche de expiación en la que por medio de un cordero tomaron por primera vez la pascua y la señal de la sangre del animal colocada en sus puertas los libró de la muerte. Jesús, sin embargo, quiso tomar la pascua esa misma noche del jueves, pues él sería el viernes el cordero expiatorio, sacrificado en la cruz para perdón de pecados.

“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí” (Lc. 22:19)

Con esa expresión Jesús enseño a los discípulos y a la iglesia que su carne y su sangre serían de ahora en adelante la celebración del nuevo pacto, y que ese pan y esa copa eran los símbolos mediante los cuales hemos de recordar por las generaciones el sacrificio la muerte y resurrección de Jesús son el motivo de la celebración de la cena del Señor. Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

Después de instituir la Santa Cena, el Señor alertó a los discípulos acerca de la prueba inminente, su muerte en la cruz.

“El Pastor sería herido y las ovejas serían esparcidas temporalmente, pero no se perderían, porque el pondría su vida por ellas”.

Noche De Enseñanza:

Dice la Biblia que Jesús se ciño la toalla y lavo los pies a sus discípulos, fue una noche de gran enseñanza acerca de como servir a los demás;

“Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve”.

Mientras los discípulos discutían acerca de cual sería entre ellos el mayor, el Señor les entrego esta enseñanza para que comprendieran que el servicio caracteriza la grandeza del reino.

Noche De Traición:

Aquella noche que debió haber sido de fiesta se lleno de tristeza cuando Jesús declaro que sería entregado por uno de ellos. Judas que había sido uno de los doce y había estado a lado del Señor había decidido entregarle conviniendo con los líderes en un precio para entregar a Jesús;

“Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote…y convinieron en darle dinero” (Lc. 22:3)

Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? Jesús había salido aquella noche para orar en el huerto, en el lugar que Judas conocía, al encontrar la oportunidad llegó con un grupo de soldados y beso al Maestro, No es de sorprender que fue la ambición de Judas lo que lo llevó a esta traición dolorosa para el Señor, pero Jesús ya lo sabía y lo había anunciado, de hecho se ve en la narración de los evangelios que Jesús le había despedido antes de celebrar la cena con los demás.

La ambición por las cosas materiales llevó a Judas a esta traición dolorosa, aprendamos a seguir a Jesús con sinceridad y amor por su reino.

Noche De Confusión:

Mientras Judas había decidido entregar al Señor, Satanás había pedido se le concediera tentar a Pedro, sin embargo, Jesús mantiene siempre el control de las circunstancias en su reino. Pedro, sin duda es victima de sus propios errores y por una cosa u otra Pedro negó a Jesús en esa noche de tristeza y agonía. 

“Después de haber cantado el himno, salieron al Monte de los Olivos” (Mt. 26:30) Mateo hace alusión al Hallel, (el canto de los Salmos del 115-118) que se entonaba para terminar la celebración de la Pascua. En ese momento Jesús dijo a los once: “os escandalizaréis de mí esta noche” (Mt. 26:31). Él estaba citando la profecía de Zacarías (13:7) para avisarles que las horas difíciles estaban por llegar.

La advertencia de la prueba. Los cuatro evangelistas narran la predicción de la negación de Pedro, pero Lucas menciona el motivo de dicha advertencia; “Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falte…” (Lc. 22:31,32) Zarandearos; esto es, sacudir o colar; expresión que implica poner a prueba la fidelidad (vr. 31). A pesar de la petición de Satanás, Cristo tiene el control absoluto de nuestra vida, Él intercede por Pedro para que la fe triunfe sobre la prueba.

La autosuficiencia es el camino de la derrota. Al parecer Pedro no comprendió este mensaje de advertencia, no se daba cuenta de que no podía soportar dicha prueba por sí mismo, ni se acordaba de la necesidad de echar mano de la fe en Cristo. Su actitud arrogante lo llevo a declarar dos cosas en las que habría de fallar; primero su fidelidad personal y humana y segundo una promesa errónea acerca de su propia muerte. “estoy dispuesto a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte” (Lc. 22:33)

El resultado de la arrogancia. Jesús le dijo en respuesta a sus promesas; “antes que el gallo cante, me negarás tres veces” (Lc. 22:34; Mt. 26:34) Según el uso romano, se hablaba del primer canto del gallo para referirse al fin de la tercera vigilia de la noche (que terminaba aprox. a las tres de la mañana); pero aquí, el canto mismo del gallo es el que sirve como recordatorio a Pedro de las palabras de Jesús.  

La pregunta es ¿Qué aprendemos a través de estos sucesos?

Permanezcamos en oración para llevar ante el Señor nuestras debilidades, reconozcamos que no somos muy diferentes a los discípulos, sometámonos a su gracia y protección divina, ese es el único refugio eterno para el ser humano.

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”