Las relaciones sexuales del matrimonio


Estudio 19

Discipulado famililar

 


Nos acercamos a este tema de importancia tan fundamental y estratégica desde una triple perspectiva: Primero, la inmensa confusión que reina en esta área de la vida familiar. Luego, la confortante y bellísima perspectiva bíblica. Y, por último, y como consecuencia, la urgencia de someter dicha confusión a la luz a de la perspectiva bíblica.

     Cuando la pareja no somete a la palabra de Dios esta área tan importante de su vida, abre la puerta a la confusión, a la distorsión y aun a la perversión de este don maravilloso que es la sexualidad. Así encontramos confusiones extremas como, por ejemplo, la persona que cree que las relaciones sexuales en el matrimonio son algo pecaminoso que pertenece a los instintos bajos y animales de la naturaleza humana, y como consecuencia la intimidad sexual se practica con culpa, con gran superficialidad y por estricta necesidad física y de procreación. O la otra postura confusa que enseña que la actividad sexual responde a una necesidad biológica que debe satisfacerse y expresarse libremente y sin restricción alguna. Y por supuesto, en medio de estos dos extremos se dan muchas otras confusiones y problemas que generan actitudes y conductas equivocadas que a su vez son fuente de indescriptible sufrimiento en el matrimonio y en la familia.

 

     Pero por el otro lado tenemos la gran respuesta de Dios a esta necesidad que es la perspectiva bíblica al respecto. La Biblia habla abierta, positiva y alegremente de la intimidad sexual en el matrimonio. Casi cada libro de la Biblia dice algo de la hermosura de este don. Prov. 5:18-19 nos recuerda:

" Sea bendito tu manantial (las partes del cuerpo que producen vida (Wheat), y alégrate (deléitate extáticamente) con la mujer de tu juventud... sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre".

En este mismo sentir es que el libro de Cantar de los Cantares de Salomón describe exquisitamente las delicias amorosas del matrimonio.

     Y así, con este enfoque positivo y alegre, Dios establece en su Palabra los principios y lineamientos que hacen posible que la sexualidad sea disfrutada en grande por la pareja que con todo su corazón se somete a ellos.

 

1.        Las Relaciones Sexuales Son Un Don Maravilloso De Dios

 

La perspectiva bíblica siempre tiene que empezar por aquí. Nunca enfatizaremos lo suficiente, el hecho del origen divino de la sexualidad porque este es el fundamento de una actitud sana de una vida santa al respecto.

 

·       Las relaciones sexuales son creadas por Dios (Gn. 1 :27)

·       Son ordenadas por Dios (Gn. 1:28; 2:24; Prov. 5:18-19, 1 Co. 7:3-5)

·       Son buenas en sí mismas (1ª. Tim. 4:4; Heb. 13:4)

 

 

2.      Nuestra Sexualidad Involucra Todo Lo Que Somos

 

Hay personas que confunden el deseo sexual del hombre con el instinto de los animales. Los animales procrean guiados por su motivación biológica. Pero el hombre tiene relaciones sexuales como persona completa. De todos los seres, él es el único que usa la razón para hacerlo. El esposo y la esposa son las únicas criaturas capaces de obtener mayor unidad espiritual y un conocimiento más profundo el uno del otro por medio de las relaciones sexuales. Aun en el diseño anatómico se muestra que esto es relación de personas completas, no sólo de cuerpo, ya que, en la creación de Dios, el hombre y la mujer son las únicas criaturas que realizan sus relaciones sexuales de cara el uno al otro, toda vez que poseen un acomodo anatómico en el que sus órganos genitales están colocados verticalmente, a diferencia de los animales que los poseen de forma horizontal. No creemos que se trate de una casualidad que estemos diseñados así. Por tanto, cuando el acto se realiza en violación a este diseño, se transgrede el principio y se pervierte el don. Esta es la razón de que la Palabra designe este don con el concepto conocer” (Gn. 4:1; Lc. 1:34; Mt.1:25). Es decir, nuestra sexualidad no es lo que hacemos, sino lo que somos; y tenemos la responsabilidad de ser para la gloria de Dios.

 

 

3.       El Matrimonio Es Único Marco Divino En El Que Las Relaciones Sexuales Tienen Su Expresión Genuina, Justa, Santa Y Pura

 

Tal parece que el mundo no se da cuenta de que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son la fuente de grandes trastornos de la salud física, de violencia y abuso físico en el hogar, de la destrucción de familias, de grandes desequilibrios e injusticia en la sociedad. Pero, sobre todo, son causa de indescriptible sufrimiento de millones de niños abandonados, tirados en la calle, explotados en todos los aspectos, maltratados y asesinados. Según los resultados de una encuesta llevada a cabo por The Oxford Illustrated History of Christianity (Historia Ilustrada del cristianismo), editada por John McManners y publicada por The Oxford University Press, 1990, p. 447, había cuarenta millones de niños abandonados en las calles de América Latina. En la medida en la que reflexionamos más sobre este principio, admiramos más la sabiduría y el amor de Dios. La Biblia enseña que las relaciones sexuales son genuinas y justas sólo entre un hombre y una mujer comprometidos mutuamente por medio del pacto del matrimonio (Gn. 1 :27), y sujetas éstas al diseño original expresado en la anatomía física sexual con la que fuimos creados (1 Tes. 4:4).

 

4.      Las Relaciones Sexuales No Son La Expresión Física Aislada De Un Deseo, Sino Que Poseen Propósitos Trascendentes

 

·       Constituyen un instrumento de unidad espiritual y física entre el hombre y la mujer que constituyen la pareja al representar la entrega total mutua que el pacto del matrimonio demanda (Gn. 2:24; 1 Cor. 6:16; Gn.4:1 y Lc. 1:34)

·       Son un canal de comunicación integral (física, emocional y espiritual) entre el esposo y la esposa que se aman y viven comprometidos el uno con el otro. La designación bíblica de las relaciones sexuales a través del concepto "conocer" deja claramente expuesto el elemento de la comunicación como uno de los objetivos originales de la sexualidad.

·       Conllevan el fin de satisfacer el deseo sexual genuino por la experiencia del placer físico que hace entender mejor la bondad y el amor de Dios. En Prov. 5:15-20 la enseñanza es que las relaciones sexuales se deben disfrutar al máximo. En Cantares 4:5,10 y 7: 1,6-9 el esposo describe el cuerpo de su esposa en el contexto del placer del acto sexual en el marco del matrimonio. La esposa no solo no se ofende por esta descripción, sino que responde y participa en la relación y la disfruta tanto como su esposo.

·       También tienen el propósito de la procreación responsable en conformidad con Gn. 1:28. Sin embargo, es importante entender que, a la luz del diseño original de la sexualidad, la procreación es uno de los objetivos, pero no es el único; y la naturaleza genuina de los demás objetivos descarta cualquier intento de jerarquizarlos.

 

Conclusión

La sexualidad es un don precioso de Dios que nos recuerda permanentemente su amor, y el hecho de que somos creación especial suya. Si vivimos esta sexualidad en conformidad con el plan original del que la diseñó, se toma en instrumento poderoso de bendición para la familia, la sociedad y la humanidad en general.