Lección 8
La jornada final del Señor Jesús
Texto Básico: Mateo 27:1-61
Introducción al tema:
Como resultado del proceso jurídico-religioso, aplicado ilegalmente sobre la persona de Cristo, los líderes religiosos llevaron a Jesús para presentarlo ante el gobernador romano Poncio Pilato, a fin de que este ratificará la sentencia de muerte dictada por el Sanedrín. Pilato sirvió como gobernador romano de Judea y Samaria desde el año 26-36 d.C., Como procurador fue nombrado y era amigo del César mismo, Sin embargo, los judíos lo consideraban enemigo por sus múltiples ofensas. En una ocasión entró en Jerusalén con la insignia del César en las banderas de sus soldados, lo cual constituía un acto dc idolatría para los judíos. En otra ocasión, Pilato exigió fondos de la tesorería del templo para construir un acueducto, A pesar de esto, sólo Pilato poseía la autoridad de sentenciar a muerte, por eso, los sacerdotes y los ancianos llevaron a Jesús al procurador Pilato para acusarle.
Tras este doloroso momento para Cristo, pero bajo el control de Dios, Judas se ahorcó, víctima de sus remordimientos de conciencia. “Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó” El rechazo del Señorío de Jesús sobre su vida, tuvo como resultado el suicidio.
Jesús Ante Poncio Pilato
(Mt. 27:11-14; Mr. 15:15; Lc. 23:1-5).
Trasfondo Histórico:
Poncio Pilato fue procurador (gobernador) de Judea y Samaria desde el año 26 d.C. hasta el año 36. Su centro de operaciones estaba en Cesarea, pero también pasaba tiempo en Jerusalén, especialmente en la época de Pascua, con el fin de mantener el orden cuando había mucha gente en la ciudad. Según los historiadores de aquella época, era un hombre corrupto y cruel. El relato completo de la comparecencia de Cristo ante Pilato se encuentra en Juan 18:28-38. Después de llegar al Pretorio (el lugar donde residía el procurador), Pilato se sentó para juzgar. Pronto se dio cuenta de que todo lo que los miembros del Sanedrín querían de él era que llevara a cabo la sentencia que ellos ya habían dictado. Entonces el procurador romano se negó a ser un mero instrumento en sus manos, y los obligó a hacer el papel de acusadores.
El primer proceso ante Pilato:
(Mt.27: 11-14; Mr. 15:2; Lc. 23:3-25; Jn. 18: 18-31)
- Los líderes que llevaron a Jesús al pretorio frente a Pilato, no entraron al lugar para no contaminarse y así comer la Pascua. (Jn. 18:28)
- Pilato rechaza ser un instrumento de los judíos “…Juzgadle según vuestra ley.” (Jn. 18:31)
- Sin embargo, los judíos insistieron en que ellos no podían dar pena capital.
- ¿Eres tú el Rey de los judíos? Pregunto Pilato
- “Mi reino no es de este mundo…” La respuesta de Jesús fue muy clara en relación con la inquietud de Pilato, con esto Jesús le demostraba que Él, en sí mismo no representaba ningún problema para los intereses políticos de Roma.
- “… ¿Qué es la verdad? Pregunto Pilato intrigado a Jesús
- Pilato no halló en Cristo ninguna culpa y salió otra vez a los judíos para hacerlo saber.
Para tratar de cambiar los ánimos de los líderes judíos, Pilato les propuso, de acuerdo a la costumbre de ellos soltar un reo para la pascua, así les ofreció darles a Jesús. Ellos enfurecidos dijeron; “No a éste, sino a Barrabás…” (Jn. 18:40)
El Sanedrín cambió las acusaciones ante Pilato:
Según la narración de (Lucas 23:1-5) Ante Pilato, el Sanedrín cambió sus acusaciones, puesto que el romano habría invalidado el proceso si la acusación se hubiera fundamentado en asuntos religiosos. Lucas menciona estas nuevas acusaciones:
- Que Jesús era peligroso para el gobierno romano, puesto que fomentaba el descontento y la deslealtad hacia dicho gobierno.
- Que Jesús le enseñaba al pueblo que no le pagara impuestos al gobierno romano.
- Que Jesús se había auto titulado Rey y Mesías, en oposición al emperador romano.
No tenemos de qué sorprendemos. Los que conspiran para cometer un asesinato por medio de una injusticia legal son también capaces de llevar a cabo su cometido por medio de las mentiras más descaradas.
Pilato envía a Jesús ante Herodes:
Pilato en un esfuerzo desesperado por deshacerse del problema envió a Jesús con Herodes. Jesús ante Herodes (Lucas 23:6-12). Herodes Antipas se caracterizaba por ser un hombre frívolo, cobarde, cruel y sensual. Era culpable de haber hecho decapitar a Juan el Bautista. Al principio, su crimen lo había molestado tanto, que al oír hablar de los milagros de Jesús se había aterrorizado, pensando que tal vez se tratara de Juan, que había resucitado de los muertos. Sin embargo, el tiempo había adormecido esos sentimientos, y ahora sólo sentía curiosidad por esos milagros. Consideraba a Jesús como un mago solamente.
Herodes se puso contento, porque deseaba ver algunos de sus milagros. No obstante, El nunca hace milagros para divertir a la gente; su propósito es satisfacer las necesidades del hombre y nunca su simple curiosidad. Tampoco respondió ahora a las preguntas del despreciable rey Herodes. Este había traspasado los límites de la misericordia divina, había rechazado deliberadamente la luz, y ahora Cristo no le concedió ninguna de las peticiones que este le hizo para satisfacer su morbo. Para castigar a Jesús por su silencio, Herodes se burló de Él y fingió aceptarlo como rey. Sin embargo, al no encontrar ninguna falta en el Maestro, lo volvió a enviar a Pilato.
Jesús es condenado a la crucifixión:
(Mt. 27:24-26)
En este segundo proceso ante Pilato, Jesús fue condenado a la crucifixión, ya les había liberado a Barrabas como los judíos lo pidieron, y además ya lo había enviado a Herodes. En estos dos intentos por deshacerse del problema, Pilato fracaso ya que Herodes le devolvió a Jesús y los judíos pidieron liberara a Barrabas para la Pascua. Así las cosas, no le quedó otra alternativa que condenar a muerte a Cristo.
Pilato se declaró inocente del proceso lavándose las manos y diciendo; “Inocente soy de la sangre de este justo; allá vosotros.” Pero, ¿acaso no lo había absuelto Pilato de los cargos hechos por los judíos? En Jn. 18:38 dijo, “Yo no halló en el ningún delito”
Según la narración de Juan 19:1-14, Pilato azotó a Jesús, lo escarneció y lo entrego a los judíos para sacrificarle:
- Jesús es azotado (vr.1)
- Es escarnecido por los soldados de la guardia romana (vr. 2,3)
- Es llevado de nuevo afuera del pretorio, azotado, con la corona de espinos y el manto púrpura para que lo miraran los principales de los judíos y todo el pueblo que ya se había unido.
- Los judíos vuelven a pedir que sea crucificado alegando que según su ley debe morir, porque “…se hizo así mismo Hijo de Dios” (vr. 7)
- Finalmente, Jesús luego de un nuevo interrogatorio por Pilato, es entregado para ser crucificado. Ya con la autorización del gobernador los principales sacerdotes y los fariseos tomaron a Jesús para crucificarle. (vr.16)
Crucifixión Y Muerte De Jesús
(Mt. 27:32-44; Mr. 15:21-32; Lc. 23:32-43; Jn. 19:17-37
Lucas se concreta a narrar de manera sencilla las seis horas que Jesús paso en la cruz, aunque no se enfoca tanto en los detalles del martirio, si escribe los aspectos relevantes de la redención en el calvario. La muerte de Jesús responde sorprendentemente a la profecía de Isaías alrededor del año 700-690 a.C. (Is. 53:4,5. Podemos estar seguros de una cosa; en la cruz Jesús no estaba sufriendo por sus propios pecados.
¿Quién mató a Jesús? La gente sigue discutiendo si fueron más culpables los judíos o los romanos; otros dicen que todos somos culpables, pues el murió por nuestros pecados. El profeta Isaías dice una gran verdad para nosotros hoy: Él fue afligido por nuestros pecados. Fue abatido por nuestras transgresiones. Fue herido por nuestras rebeliones. Molido por nuestros pecados.
“La Vía Dolorosa” Lo narrado en (Lc. 23: 26-33), es la vía dolorosa que recorrió el Señor Jesucristo hasta el Calvario. Aún en ese trayecto el Señor nos muestra su acción redentora hacia el hombre. En seguida de haber sido azotado por Pilato, Cristo fue condenado a la muerte de cruz, la sentencia tuvo que ver con la voz del pueblo y los sacerdotes quienes lo pidieron así; ¡Crucifícalo!
- El trayecto: La costumbre de los romanos con los condenados que iban a crucificar, era hacerlos cargar su cruz sobre el hombro y llevarlos por las calles más populares de la ciudad.
- La cruz cargada por Simón: Después de haber sido azotado y golpeado, Jesús se encontraba débil y ya no podía seguir cargando la pesada cruz. Sin embargo, aquí vemos la intervención de Simón, un hombre de una ciudad llamada Cirene. Marcos menciona que Simón era padre de Alejandro y Rufo, dos creyentes al parecer bien conocidos más tarde en la iglesia (Mr. 15:21)
- Su abnegación: Las palabras del Señor a las mujeres que lamentaban sobre él, no significa el desprecio del Señor, sino más bien, revelan que a pesar de que la muerte de cruz se acercaba para él, pensaba más en los demás que en sí mismo.
- La indicación a llorar por sí mismas: Una vez más como hemos estudiado en este evangelio, el Señor lamenta sobre Jerusalén y los males que vendrían sobre ellos (con el sitio de Jerusalén). En ese tiempo las mujeres se arrepentirían de haber tenido hijos.
- En el árbol verde: La expresión “si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, ¿qué no se hará? Se refiere a que, si los romanos eran capaces de crucificar al inocente, ¿Cuánto más castigarían la rebeldía de Jerusalén en el futuro?
“Lo Acontecido En La Cruz”
Los cuatro evangelistas describen con sencillez la crucifixión de Jesucristo. Durante sus escritos, dan la impresión de que el Señor permaneció pasivo durante esta experiencia tan penosa. “Como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió la boca” (Is. 53:7)
Para los romanos, la crucifixión de Jesús no era más que la ejecución de un criminal, como los otros crucificados. Lo trataron como a un malhechor, llegando a hacer el acostumbrado reparto de sus vestiduras entre los verdugos que lo ejecutaron. La crucifixión era la muerte más dolorosa e ignominiosa que podía tener una persona. El Señor permaneció en la cruz unas seis horas antes de morir. Era la hora tercera cuando lo crucificaron (Mr. 15:25) y expiró cerca de la hora novena (Mt. 27:46-50) Los judíos dividían el día en cuatro partes iguales y se contaban desde el amanecer, (a las seis de la mañana). Cristo fue crucificado a las nueve de la mañana, a medio día (la hora sexta) surgieron las tinieblas y Él entrego su espíritu a las tres de la tarde. Durante ese tiempo, el Señor hablo siete palabras que tienen un gran significado.
Las Siete Palabras
- La palabra de perdón: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc. 23:34) Sus primeras palabras fueron para pedir perdón por sus verdugos y probablemente por sus enemigos judíos que estaban ciegos
- La palabra de esperanza: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23:43) Estas palabras de Jesús al ladrón arrepentido nos enseñan que la salvación no depende de las buenas obras. El ladrón tal vez nunca había estado en alguna predicación o enseñanza de Jesús, ni había recibido algún milagro. Había llevado una mala vida, pero ahora se mostraba arrepentido, aceptaba el castigo que le tocaba pagar por sus delitos, pero en él se cumplía al pie de la letra la parábola del hijo prodigo. No sabemos cómo nació su fe, pero si sabemos que fue un pecador arrepentido que reconoció a Jesús como el Salvador y Señor, al morir estaría entrando al paraíso.
- La palabra de previsión: “Mujer, he ahí tu hijo…He ahí tu madre” (Jn. 19:26,27). Juan el discípulo, y María, la madre de Jesús, se habían acercado a la cruz. El Señor, una vez más dejo a un lado sus propios padecimientos, para cumplir en ese momento una obligación filial: confiar a su madre a los cuidados pastorales de Juan, el cual la sustentaría como verdadero hijo, y encomendar a su Juan a los cuidados de su madre.
- El grito de desolación: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?” En ese momento Jesús entró plenamente en la angustia para que se cumpliera en él la palabra predicha por el salmista David (Sal. 22:1). Después de caer las tinieblas sobre la tierra, esta fue la primera palabra de Cristo. En medio de la oscuridad se oyó el grito de agonía del crucificado. Fue el momento en que el Hijo se sintió separado del Padre, debido al peso del pecado del mundo, excluido de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. ¿Abandonó Dios realmente a su Hijo? Si, en el sentido de que cargó en él el pecado de todos nosotros, sin embargo, no lo había dejado totalmente, puesto que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (2ª. Co. 5:19). Jesús se sintió abandonado, puesto que experimento el castigo correspondiente a los pecados del mundo.
- La angustia física: “Tengo sed” (Jn. 19:28) Carlos Erdeman comenta que este grito, dio la forma más terrible de las experiencias del sufrimiento físico, pero hizo más: cumplió con precisión la profecía que había predicho los sufrimientos del Mesías, (Sal. 69:21)
- La palabra del triunfo: “Consumado es” (Jn. 19:30) ¿Qué quedaba consumado? Todos los padecimientos por nuestros pecados, toda la obra de redención, toda su misión terrenal. No estaba hablando como mártir, sino como un triunfador que podía decir: “He acabado la obra que me diste que hiciese” (Jn. 17:4)
- La palabra de confianza: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc. 23:46) Después de saber que su obra había quedado completamente consumada y que produciría gloriosos frutos de salvación, el Hijo encomendó su espíritu en las manos del Padre, mostrando una confianza total de su inmenso amor. El hecho de que clamara a gran voz indica que todavía tenía fuerzas, y que entregaba voluntariamente su vida (Jn. 10:17,18)
Los Fenómenos De La Naturaleza
Tres fenómenos sobrenaturales ocurrieron durante la agonía y muerte de Jesús; las últimas tres horas de la crucifixión hubo tinieblas sobre la tierra; el velo del templo se rasgó en dos partes de arriba abajo; y tembló la tierra.
- Las tinieblas: “Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena” (Lc. 23:44) de las doce del día a las tres de la tarde, después de que el Señor menciono la segunda palabra, la esperanza y el perdón para el ladrón, hubo tinieblas sobre toda la tierra, no existe ninguna teoría científica para explicar aquella oscuridad, en pleno día Dios cubrió el sol durante tres horas. Estas tinieblas fueron una expresión de desolación para la tierra.
- La rotura del velo: “El velo del templo se rasgó por la mitad” (vr.45) Esto tiene varias enseñanzas:
- El velo es el que separaba el lugar santísimo del templo, era el lugar donde únicamente podía entrar el sumo sacerdote para rociar la sangre de los sacrificios de los animales
- Era el antiguo sistema de reconciliación con Dios. (Ver el diseño del tabernáculo antiguo). La rotura del velo es trascendente en los acontecimientos de la cruz
- Significa que Jesús abrió un camino nuevo y vivo para llegar al Padre, ahí toma sentido la palabra de esperanza de Cristo a sus discípulos en (Jn. 14:6) “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”
- Tenemos entrada al verdadero lugar santísimo a través de Cristo (He. 10:19,20)
- Cristo es el gran Sumo Sacerdote Tenemos libertad, podemos entrar sin ningún temor, en contraste con el acceso al santuario terrenal, que estaba muy limitado. (He. 7:26)
- Cristo es mediador del nuevo pacto (He. 9:15)
- Es el sacrificio perfecto (He. 9:14)
- La tierra tembló: Mt. 27: 51, agrega que la tierra tembló y las rocas se partieron, esta fue otra manifestación sobrenatural, fue una manifestación de protesta de la misma creación de Dios, el Mesías creador estaba muriendo crucificado.
Conclusión:
El maestro debe concluir explicando los eventos de la sepultura del Señor teniendo en cuenta la Escritura que a estos eventos se refieren en los diferentes evangelios. AMÉN.