Lección 1
La Jornada final del Señor Jesús
Texto básico: Mateo 21: 1-9, 12, 13, 19-22
Acercamiento al tema:
Hasta estos momentos, Jesús no había manifestado públicamente que él fuera el Mesías. Así había evitado que se despertara en el pueblo el entusiasmo equivocado, debido a que ellos esperaban a un libertador militar, el cual inauguraría un glorioso reinado terrenal. Ahora declara abiertamente que Él es el Rey prometido por el profeta Zacarías, pero lo hace en forma dramática mediante tres eventos:
1. La entrada triunfal a Jerusalén sobre un pollino de asna
2. Luego dramatiza las funestas consecuencias que sufrirá Israel por haberle rechazado; maldice a la higuera (símbolo de Israel) que se seca desde la raíz y
3. Realiza la segunda purificación del templo.
Por fin ha llegado la hora en que Jesús ha de darse a conocer a la nación judía como el Rey prometido por los profetas del A.T. Se acerca la crucifixión y no había motivo para ocultar su condición de Mesías. Ahora el Señor quiso dar a Israel una última oportunidad de abrir su corazón; esta oportunidad tenía que presentarse en el lugar que era el centro religioso, el lugar de las ceremonias judías, en la “casa de David”, en Jerusalén.
¿Cómo Presentarse En Jerusalén?
¿Cómo Mesías Siervo o Como Rey Conquistador?
Trasfondo Histórico: Aquí los nombres geográficos eran reales, además de simbólicos. Jerusalén era conocida históricamente como “la casa de David”, entonces debía recibir al hijo de David (Mt. 21:9). Betfagé quería decir “la casa de los higos tiernos”, indicando la condición espiritual que Dios esperaba de Israel (Mt. 21:18-20) era una aldea cercana a Jerusalén, en el camino de Betania. El profeta Zacarías había profetizado en el año 480 a.C. el reinado del Mesías desde un templo restaurado y alentó al pueblo a restaurar el templo que estaba en ruinas. Mateo vincula la profecía de Zacarías con la entrada triunfal a Jerusalén.
Contexto: Un Rey humilde y pacífico: La entrada triunfal tiene el propósito de cumplir con la profecía de Zacarías 9:9. Cristo no entraría a Jerusalén como un orgulloso conquistador, montado en un caballo blanco a la usanza de los antiguos reyes, sino como un Rey pacífico. El uso de este animal y su relación con Zacarías indica la naturaleza de su dominio: la paz universal.
La entrada triunfal a Jerusalén
"...y los Principales sacerdotes resolvieron matar a Jesús y también a Lázaro" (Jn. 12:10-19)
por eso, fue necesario hacer planes secretos para conseguir una asna atada y su cría (pollino) con ella para dramatizar la entrada de Jesús en Jerusalén. Asimismo, la amenaza judía dictaba una contraseña: El Señor los necesita. Sin estos preparativos previos, los sacerdotes con la ayuda romana pudieran haber estorbado esta entrada significante. (vrs. 1-3)
Y La Entrada De Un Rey Manso: Según Mateo, todo el plan se realizó porque concordaba con el propósito divino anunciado por los profetas). Isa. 62:11 contiene la promesa de la salvación:
“Decid a la hija de Sion” (Jerusalén).
Zac. 9:9 predice:
“tu Rey viene a ti, manso y sentado sobre una asna…”
Es probable que el dueño del pollino (asno jamás montado) fuera seguidor de Cristo y por eso estuvo dispuesto a prestárselo mediante la contraseña “El Señor lo necesita”. Por primera vez Jesús utiliza para sí mismo este título “Señor” que se deriva de la palabra griega (Kyrios) que expresa divinidad. Es notable que Mateo no incluyó otras expresiones de profetas como Isaías:
"su recompensa viene con él"
ni de Zacarías:
"justo y victorioso"
no dejando ninguna duda de que la entrada de Jesús en Jerusalén fue una manifestación de servicio, no una conquista en busca de recompensas. (vr.5, 6)
Y Los Mantos Sobre El Pollino: Los mantos según la narración de Lucas fueron colocados sobre el pollino. Los discípulos no tardaron en darse cuenta que se trataba del cumplimiento de la profecía de Zacarías y prepararon la entrada de Jesús como un Rey. Mientras Jesús avanzaba sobre el monte de los Olivos, (cerro al este de Jerusalén, aprox. a 1 Km. de la ciudad) los discípulos colocaron sus túnicas sobre el piso a manera de una alfombra real. La multitud de peregrinos se contagió de entusiasmo y comenzaron a extender ramas de palmera, (Mt. 21:8). Tender los mantos y las ramas por el camino fue un acto de júbilo y adoración. Además, con la aclamación atribuyeron a Jesús dos títulos mesiánicos:
“hijo de David y el que viene en el nombre del Señor” (Sal. 118:25,26) (vrs. 7-8)
Y El clamor de la multitud: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Hosanna en las alturas! La expresión Hosanna quiere decir “salva ahora Señor” “sálvanos ahora hijo de David”. Los judíos esperaban un Mesías político que los librara del yugo romano, esperaban a un Mesías guerrero. David fue el segundo rey de Israel, bajo su reinado esta nación vivió su época dorada; con David como rey no había pueblo que les hiciera frente, fue el hombre conforme al corazón de Dios, a quién el Señor le prometió el nacimiento del Mesías Divino, el Cristo de Dios.
Y Ante el regocijo del pueblo los fariseos se molestaron y le pidieron que hiciera callar a la multitud; El Rey poderoso estaba estableciendo el reino y declaró que aún “las piedras clamarían” Los discípulos confundidos entre la multitud que aclamaba, tampoco lograron comprender el mensaje de paz del Rey Mesías, insistieron en sus esperanzas de la libertad política del yugo romano; la restauración del trono de David y el establecimiento del reino de Israel en Jerusalén.
2.- El Lamento Sobre Jerusalén
(Luc. 19:41-44)
- Jesús lloró: Esta es una de las expresiones más conmovedoras de Jesús sobre Jerusalén, aquí se estaba cumpliendo la declaración de Cristo en Luc. 13:34-35
“Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas…cuantas veces quise…he aquí tu casa queda desierta…” (Lc. 19:41)
- La falta de sensibilidad: El Señor Jesús se lamenta ante la ceguera espiritual de Israel: si tan sólo se hubieran dado cuenta de las cosas referentes a su Salvador y a su paz, le habrían dado la bienvenida correcta, pero quisieron seguir en su ceguera,
“Más ahora esta encubierto de tus ojos” (vr. 42)
- El juicio venidero: ya no habría más oportunidad, puesto que los líderes religiosos habían determinado matar al Señor no tendrían oportunidad de escapar del juicio enseguida anunciado;
“Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos…te sitiarán,…no dejarán piedra sobre piedra…”
El Señor Jesús hizo una vívida descripción del sitio y la destrucción de la ciudad que tuvo lugar en el año 70 d.C. Durante la etapa del emperador Tito después de una revuelta de los judío; los romanos sitiaron la ciudad de Jerusalén durante aproximadamente seis meses, los judíos se entregaron al canibalismo, otros al suicidio, la mayoría murieron de hambre. Después del sitio, Jerusalén desapareció como tal, dejó de existir en el mapa. Los judíos desde entonces vivieron dispersos y volvieron a tener tierra hasta terminar la segunda guerra mundial mediante el movimiento sionista.
3. La Purificación Del Templo
(Mt. 21:12, 13; Lc. 19:45-48)
¿Cómo librar el templo del abuso comercial?
- Parece ser que aquí se refiere a una segunda purificación como la que señala Juan en 2:13-22. Cerca de las entradas del atrio de los gentiles se realizaban varios servicios que eran necesarios para los sacrificios del templo. Al entrar todos tenían que llevar sus monedas con la imagen de César a la mesa de los cambistas para cambiarlas por fichas del templo. Después, con éstas compraban donde vendían las palomas y ovejas; ya que los que venían de lejos no podían traer a sus propios animales. Sin embargo, este servicio que tenía como fin ayudar, llegó a ser un abuso por la extorsión de precios excesivos; por eso Jesús los echó fuera a todos y volcó las mesas. La venta de animales para el sacrificio se había convertido en un monopolio de los sacerdotes, de manera que cualquiera que comprara su animal en otro lugar se arriesgaba a que le fuera rechazado por los mismos sacerdotes. Dentro de las leyes de los sacerdotes en el templo se prohibía la entrada al atrio principal aún a las mujeres judías, ¿Cómo es que sí hacían del templo una casa de mercado? (vr. 12)
- Jesús recordó enfáticamente la función del templo
“Mi casa será llamada casa de oración” (Is. 56:7)
Restauró el uso correcto del templo y su propósito: Dios había dicho a moisés
“Allí me encontraré contigo…” (Ex. 25:22).
Los gentiles convertidos al judaísmo (prosélitos), estaban limitados a permanecer en el atrio de los vendedores y los cambistas, esto fue lo que provocó el enojo del Señor Jesús. (vr.13)
- Jesús finalizó la limpieza del templo, sanando enfermos en señal del verdadero propósito de ser del templo (vr.14)
4.- La Maldición De La Higuera
(Mt. 21:18-22)
Aunque esta señal no la reporta Lucas es importante mencionarla debido al juicio ya emitido por el Señor sobre Jerusalén.
“Nunca jamás nazca de ti fruto” (vr.19)
una maldición tan fuerte no se justificaba sino para servir como una lección profética para los doce; condenando al judaísmo por su falta de fruto espiritual. La higuera dio toda una evidencia de llevar fruto entre sus hojas, pero al acercarse Jesús no encontró nada en ella, sino hojas. En (Luc. 13:9) Cristo dio una enseñanza sobre la higuera estéril, pero en el contexto de la necesidad del arrepentimiento
“Ya he venido tres años…déjame que la abone…y si no da fruto córtala”
Mateo agrega el veredicto final sobre Israel:
“…el reino de Dios será quitado de entre vosotros y será dado a un pueblo que producirá los frutos del reino” (21:43)
Los discípulos aún no comprendían el motivo por el que la higuera se había secado tan pronto, por eso, el Señor les guía al significado espiritual de la necesidad de tener fe genuina mediante la ilustración del monte arrojado al mar. La fe es la solución; eso es lo que en sí es la enseñanza del monte y la higuera. ¿Solución a qué? Al problema de la hipocresía judía.
¿Cuándo somos malditos? La respuesta es, ¡cuando somos hipócritas! Israel era como la higuera estéril, pretendió ser fructífero pero sólo por las apariencias (las hojas) Apariencia sin constancia. En la actualidad hay mucha apariencia que interpretamos como obediencia al Señor, demasiada hipocresía religiosa, ¡Tengamos cuidado con eso!
La nación de Israel aparentaba ser muy religiosa con sus miles de sacerdotes, peregrinos y ceremoniales, pero en realidad no llevaba "frutos dignos de arrepentimiento"; como había exigido Juan el Bautista (Mt.3:8), Jesús también les advirtió de la falta de fe y oración en Israel (vrs. 21, 22), añadiendo la necesidad de permanecer en él para llevar mucho fruto (Juan 15:1-6).
El hecho de que la higuera pronto se secó y que los discípulos al verla se maravillaron, indica que Jesús estaba usando su poder milagroso para manifestar la inminente destrucción de Jerusalén. (vr.20)
Todo lo que pidáis, fue una promesa en el contexto del avance del reino. Esta no incluyó la promesa de dar a los doce cualquier cosa, como un reino político en Jerusalén (16:21-23) o de sentarse "a su derecha y a su izquierda" (20:21). Más bien, pidiendo en oración, creyendo les daría todos los recursos divinos necesarios para desenmascarar las religiones vacías ("higueras estériles") y para eliminar todo obstáculo ("monte") al triunfo del reino.
Conclusión:
Juan 15:1-11 es otra referencia al peligro de la religión y el discipulado sin fruto. Como Mateo, Juan cita las mismas palabras de Jesús:
"pedid lo que queráis, y os será hecho"
y agrega otra condición indispensable:
"Permaneced en mí, y yo en vosotros. . . separados de mí, nada podéis hacer" (v. 4, 5).
Ningún discípulo de Jesucristo puede ser partícipe fiel en el establecimiento del reino sin los recursos divinos, la fe, la oración y la comunión con el Dios.