Fundamentos de la Fe



Lección 2

Hechos

Texto Base: Hechos 1


Es bien importante volvernos a ubicar aquí en relación al contenido o bosquejo del libro. Recordemos que Lucas registra en su libro el avance de la misión de la iglesia en sus tres etapas principales. En Jerusalén (1:1-8:4), en Judea y Samaria (8:5-12:23), y hasta lo último de la tierra (13:1-28:31).

En estas primeras 9 lecciones estaremos enfocando la misión en Jerusalén.

En nuestro capítulo 1 este primer grupo de cristianos se prepara para recibir la unción para la misión. Es de vital importancia para nosotros observar y aprender de la forma en que esta primera generación de hermanos permanecieron firmes, fíeles, y listos para el gran avivamiento que llevaría el mensaje redentor del Cristo crucificado, resucitado y glorificado, desde el sepulcro vacío en Jerusalén hasta la misma casa del César en el altar del culto al poder humano.

No creamos que fue fácil esperar firmes en medio de dos grandes acontecimientos. Estos hermanos habían vivido intensamente la muerte y resurrección del Señor Jesús. Después de cuarenta días en que Jesús se les estuvo apareciendo, ahora los lleva al Monte de los Olivos, y allí se despide de ellos de la manera más espectacular e inesperada. Es literalmente arrebatado por el Padre de en medio de ellos. Pero antes de irse les manda esperar en Jerusalén la promesa del Padre: la unción para la misión. ¿Qué los mantuvo firmes, y preparados para recibir el poder de Dios? ¿Qué los mantuvo gozosos, y confiados esperando el cumplimiento de las promesas del Señor?

1. Era un grupo que había sido convencido de la resurrección del Señor

Jesús (vr.3)

1.1   Contaban con todas las pruebas de la genuinidad de la resurrección:

  • El Señor se les presentó vivo, y en persona.
  • Les presentó pruebas indubitables (Lucas 24:36-49). Allá en su evangelio Lucas menciona toda una serie fascinante de pruebas que no se pueden refutar.
  • Permaneció con ellos cuarenta días después de la resurrección. No un día, ni una semana, ni siquiera un mes; ¡fueron cuarenta días en los que convivió con ellos!

1.2   La seguridad de la resurrección del Señor es fundamental para todo lo que es nuestra experiencia con él. De esta seguridad depende todo lo demás. Creer que resucitó quiere decir que creemos que él es el Cristo, la única solución de Dios para todos los problemas del ser humano. Creer que resucitó es creer en todo lo que él dijo, y que no hay salvación para el hombre fuera de él.

Mientras nosotros no tengamos esta seguridad, jamás podremos estar firmes en nuestra fe. Lo interesante es que las pruebas indubitables que se les presentan a ellos son las mismas que ahora el Señor nos presenta a nosotros.

2. Era un grupo comisionado personalmente por Cristo (vr.2).

2.1 Después de haberlos convencido de su resurrección, los abanderó de por vida con una misión, con un propósito que dio sentido a sus vidas, desde ese momento, y por toda la eternidad. La comisión es gloriosa (Lucas 24:47-48). La comisión se repite en Hechos 1:8 pero lo importante es saberse, y sentirse comisionados. Es claro que este grupo se cree, y se siente comisionado porque permanecen juntos orando, y esperando las indicaciones directas del Señor.

2.2 Además del sentido de pertenencia que la comisión comunica a este grupo de cristianos, el Señor comparte con ellos la estrategia del avance del evangelio: Desde Jerusalén, a Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra (1:8):

O  "Jerusalén" es el pueblo judío, la familia del Señor según la carne. Para nosotros representa nuestra propia gente, nuestro propio pueblo, nuestra familia inclusive. Es decir la gente con la compartimos la misma cultura. En la opinión humilde del que esto escribe, Jerusalén representa el evangelismo en la vida de la iglesia, ya que se trata de la comunicación del evangelio a gente con la que se comparte la cultura.

O  "Judea y Samaria" representa una misión mixta que sigue enfocando a parte del pueblo judío, pero ya involucra a Samaria que es otra cultura. En mi opinión esto representaría la misión doméstica de la iglesia, la cual enfoca a los grupos culturales cercanos a nosotros. Aquellos que teniendo diferente cultura, son parte de nuestra misma nación.

O  "Hasta lo último de la tierra" es la responsabilidad misionera foránea de la iglesia. Para la iglesia en Jerusalén esto era la responsabilidad de llevar el evangelio a los pueblos más allá de Galilea, y hasta los extremos del mundo conocido entonces. Para nosotros es la responsabilidad que empieza a partir del Río Bravo y del Suchiate, y hasta los extremos remotos de la tierra.

La comisión es nuestra. El mandato se dio a la iglesia, al cuerpo de Cristo, por tanto, en el momento en el que nos convertimos en miembros del cuerpo, por la salvación en Cristo, somos comisionados automáticamente.

3. Era un grupo que confiaba y se sometía fervientemente a la palabra del

Señor (vrs.6-11).

3.1 Se trata de gente como nosotros. Ellos también tienen dudas, y las expresan.

Por ejemplo, le hacen al Señor una pregunta que no correspondía a ellos hacer. En el momento de la ascensión, se quedan mirando al cielo, manifestando con ello un poco de confusión en un momento de debilidad y falta de fe.

3.2 Sin embargo, cuando el Señor responde a la pregunta, ¿restaurarás el reino en este tiempo? con la explicación que nos les correspondía a ellos saber eso, sino predicar el evangelio, el grupo gozosamente se somete a la palabra del Señor. Al quedarse absortos mirando al cielo, fueron reprendidos por un ángel, e inmediatamente se sujetaron, y regresaron gozosos a Jerusalén. Aquí en Jerusalén esperan:

  •  La promesa del Padre que es la unción del Espíritu Santo para cumplir con la misión encomendada (vr.8).      
  • Esperan el regreso del Señor para establecer su reino (vr.6)

4. Era un grupo que vivía responsablemente el presente pero en la perspectiva del futuro de Dios (vrs. 12-26).

4.1 Se nota que tomaban en serio el presente. La promesa del Padre de 1:8 tenía que ver con el cumplimiento de una responsabilidad presente, aquí sobre la tierra. El grupo regresa del Monte de los Olivos, y se mantiene unido en oración en espera de la unción para poder ocuparse en el encargo inmediato del Señor. Permanecían unánimes en oración por ese sentido de responsabilidad con el presente.

4.2 Pero este presente, esta responsabilidad de llevar el evangelio hasta lo último de la tierra se entendía en la perspectiva de lo que era el futuro, la eternidad con Dios:

  • Es un grupo que vive el presente con la expectación del establecimiento del reino de Dios en la tierra. Esta es la razón por la que le preguntan al Señor acerca del establecimiento del reino (1:6). La exhortación del Señor al respecto no es reprensión por estar interesados en el futuro eterno, sino por querer saber los detalles, y por la tendencia a perder el interés total en el presente, y empezar a vivir en el futuro. El grupo entendió la exhortación, y se ubica rápido en una postura balanceada.
  • Esta actitud balanceada de vivir el presente en la perspectiva del futuro queda otra vez demostrada al convocarse y participar en la elección del sustituto de Judas (1:15-26). El grupo entiende que el día de la resurrección el cuerpo apostólico de doce hombres deberá estar completo porque ellos juzgarán a las doce tribus de Israel en aquel día (Mt. 19:28; Ap.21:14). Judas había caído de su lugar por transgresión, y el grupo estaba incompleto. Guiados por el Espíritu Santo eligen a Matías. El cuerpo apostólico queda listo para el día de la resurrección.

Hay que vivir el presente en la perspectiva del futuro.

Otro fundamento de la fe de este grupo, que debe ser nuestro también.