La seguridad de las promesas
Lección 7
Hebreos
Texto base: Heb. 6:1-20
A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas (Hebreos 6: 12)
El autor de la carta se introduce a este capítulo llamando la atención de sus lectores en dos aspectos importantísimos para nosotros como creyentes. El primer aspecto explica porque razón todos los creyentes están obligados a dejar los rudimentos de la doctrina del evangelio para seguir avanzando en la vida cristiana; el segundo aspecto, se dirige a todos aquellos que habiendo conocido la salvación y habiendo participado de la comunión con Cristo, y recayeron por causa de la rebelión y el pecado, vuelvan a ser renovados crucificando de nuevo al Hijo de Dios.
Muchas eran las preguntas que se hacían los destinatarios de la carta; ¿Podemos confiarle a Dios nuestras vidas? ¿Podemos creer en su Palabra? ¿Puede Él evitar que caigamos? ¿Puede terminar la obra que comenzó en nosotros? ¿Será que nos soltará o perderá interés en nosotros en algún momento? En resumen, ¿hay de verdadera seguridad y salvación con Dios? Abraham creía que sí; él tenía una seguridad sólida, podía confiar en Dios por algunas razones muy obvias y poderosas. Cuando el Señor hace una promesa, pone su integridad en ella, toda promesa Dios está asegurada por su carácter.
La integridad y la fidelidad de Dios son el tema central de Hebreos 6:13-20. Abraham es tan solo un ejemplo de quienes confían en la integridad y la fidelidad divinas, que es lo único que puede darle valor y confianza a nuestra vida.
Este pasaje nos da cuatro razones para confiar en Dios: su persona, su propósito, su promesa y su sacerdote y dos motivos para seguir adelante en el camino de la vida cristiana sin dudar.
1. Los Cristianos No Pueden Regresar A Los Viejos Rudimentos.
Los rudimentos de la doctrina de Cristo:
Aquí se dirige el escritor al grupo de hebreos quienes aún no estaban plenamente convencidos de seguir las enseñanzas de Cristo por causa de las persecuciones y otras razones más acerca de su fe. En este capítulo los anima a no seguir creyendo los rudimentos de la doctrina de Cristo, y por supuesto se refiere a las enseñanzas acerca de Cristo en el Antiguo Testamento. Esta enseñanza podríamos compararla con la ilustración que Jesús hace en Mt. 9:17
“Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente”.
Esto era lo que los ellos deberían comprender puesto que ya habían sido enseñados en la doctrina de los apóstoles.
Necesitamos un poco de discernimiento para notar que estas no eran las doctrinas de los apóstoles. Si leemos con cuidado y detalladamente el pasaje, notaremos lo siguiente; el versículo uno dice;
“no echando otra vez el fundamento”.
Es decir, no podemos seguir en la enseñanza de viejos fundamentos, podemos construir sobre ellos si es que hemos comprendido que Cristo es el cumplimiento de los fundamentos antiguos.
El fundamento del Antiguo Pacto tenía seis doctrinas que se señalan en los vrs. 1,2:
· El arrepentimiento de las obras muertas: El Antiguo Testamento enseñaba que el hombre debe arrepentirse y dar la espalda a las obras que conducen a la muerte, pero esto era solamente la primera parte del arrepentimiento, incluso así comenzó la predicación de Juan Bautista: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt. 3:2). Pero la doctrina del arrepentimiento se renovó y se completo en Jesús. Pablo recordó a los ancianos de la iglesia de Éfeso que deben predicar a los gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. (Hech. 20:21). Es decir no basta solo el arrepentimiento, hay que agregar la fe en Jesucristo.
· De la fe en Dios: Esto era en realidad algo muy sencillo pero fundamental para construir sobre el viejo fundamento; no bastaba tener fe en Dios, Jesús dijo, “Creéis en Dios, creed también en mí”. Ahora los cristianos no deben permanecer en esta antigua doctrina, es necesario poner fe en el reino Mesiánico.
· La doctrina de los bautismos: El problema estaba en que en el Antiguo Pacto la doctrina de los bautismos (baptismos) se comprendía como las ceremonias de la purificación o lavamientos externos, pero en Cristo esta misma palabra significa “haber renacido del agua”, tal y como Jesús se lo indico a Nicodemo. Entonces los hebreos receptores de la carta debían avanzar ya en esa doctrina a la fe en Jesús.
· La imposición de manos: Esta imposición de manos no tiene nada que ver con las prácticas apostólicas (Hech. 5:18; 6:6; 8:17). Aquí se refería a las costumbres de los antiguos, cuando alguien ofrecía un sacrificio debía imponer las manos sobre él para simbolizar que se identificaba con el sacrificio (Lev. 1:4; 3:8,13)
· La resurrección de los muertos: En el Antiguo Testamento existía una doctrina que aseguraba que habría una recompensa futura para las personas buenas y el hades (el lugar de los muertos) para las personas malas. En el Nuevo Testamento esta es una doctrina bastante extensa, comenzando con la resurrección de Jesucristo
“Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque este muerto vivirá”
(Jn. 11:25). Pablo enseñó lo siguiente;
“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho” (1ª. Co. 15:20)
· El juicio eterno: Existen pocas cosas acerca de esta doctrina pero podemos citar lo dicho por Salomón;
“Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Ecl. 12:14).
El Nuevo Testamento nos dice muchas cosas sobre esta enseñanza, pero basta con decir que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, hay que examinar los siguientes pasajes; (Mt. 25: 31-46; Ro. 8:1; Ap. 20:11-15). Tenemos que dejar el misterio del juicio eterno por la verdad total sobre el juicio y las recompensas enseñadas por Cristo.
Así que, si Dios quiere, avanzaremos hacia un mayor entendimiento vr. 3 (NTV)
Esto era necesario para que los cristianos indecisos edificaran sus vidas en los nuevos fundamentos de Cristo.
Es imposible que Cristo pueda volver a ser crucificado:
Aquí el escritor hace una fuerte exhortación a los cristianos para que reflexionen, no pueden haber recibido el don celestial y volverse a la apostasía para dar la espalda a Cristo por los viejos rudimentos, deben creer firmemente en Cristo.
“Pues es imposible lograr que vuelvan a arrepentirse los que una vez fueron iluminados —aquellos que experimentaron las cosas buenas del cielo y fueron partícipes del Espíritu Santo, que saborearon la bondad de la Palabra de Dios y el poder del mundo venidero — y que luego se alejan de Dios. Es imposible lograr que esas personas vuelvan a arrepentirse; al rechazar al Hijo de Dios, ellos mismos lo clavan otra vez en la cruz y lo exponen a la vergüenza pública”. Vrs. 4-6 (NTV)
2. Los Hebreos Cristianos No Deben Abandonar La Fe En Jesucristo
El autor de la carta está plenamente convencido de que los hebreos no han caído aún en esta terrible separación de Cristo pues así lo confirma en el vr. 9;
“Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación…”.
Lo que realmente les está diciendo es; amados hermanos, aunque nos hemos dirigido a ustedes de esta manera, es decir en (los vrs. 4-6), no creemos que esta situación este ocurriendo en sus vidas y así lo esperamos, debido a que ustedes están destinados para cosas mejores, queremos que alcancen la salvación sobre el fundamento sólido, que es Cristo.
El lenguaje de los vrs. 4 y 5 muestra claramente que este grupo de hermanos ya habían experimentado la gracia de la Salvación en Cristo Jesús. Es por eso, que les escribe el vr. 6. la consecuencia de lo que puede ocurrir si es que ellos se ajena voluntariamente y con conocimiento de causa del Señor Jesús.
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados…” (Vrs.4,5,6)
Aquí notamos cinco aspectos que los receptores de la carta conocían muy bien y además las habían experimentado.
1. Fueron iluminados: La palabra iluminados se deriva del verbo griego (fotizo) y se aplica en el sentido de que fueron alumbrados (metafóricamente) de iluminación espiritual, fueron aclaradas sus vidas por la obra el Espíritu de Dios. (10:32)
2. Gustaron del don celestial: (geuomai) gustar, de hacer probar, se usa en Hebreos 6:4 como gustar el don celestial, sin embargo, no es lo mismo que recibir, es decir que estos hermanos en Cristo aún necesitaban recibir completamente el don celestial para seguir avanzando.
3. Fueron hechos partícipes del Espíritu Santo: (metecos) participante de, y se traduce participantes en compañerismo, es decir que este grupo de creyentes habían participado del Espíritu Santo en el compañerismo de algunos de los discípulos de Cristo.
4. Asimismo gustaron de la buena Palabra de Dios: Se aplica igualmente que la palabra (geuomai), probaron, cataron, la buena Palabra de Dios.
5. Los poderes del siglo venidero: Se dice acerca de los que recibieron o participaron de las manifestaciones especiales del poder divino, pasadas, presentes y futuras.
Es decir que este grupo había tenido ya de manera vivencial todos y cada uno de los aspectos mencionados por el autor de la carta, por esa razón ellos no podían volverse de Dios a los viejos rudimentos del judaísmo. Ellos ya han experimentado la gracia de Jesucristo y no podía negar esta experiencia maravillosa entre ellos. Así que la exhortación es mas bien una advertencia más, la cuarta advertencia que ellos reciben, y es tanto para ellos como lo es hoy para nosotros, no podemos volvernos atrás deliberadamente.
Si caminan hacia atrás no podrán ser ya renovados para arrepentimiento:
y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio (Vr. 6)
En este último verso de estudio veremos que los que recayeron (parapipto) derivado de (para), al lado, y (pipto) caer. Significa propiamente caer en el propio camino. También aquí está implícito que estando en el camino correcto ellos deliberadamente se vuelvan al judaísmo, porque esto es apostasía, literalmente dar la espalda al Señor Jesús, es por eso por lo que el apostata ya no puede hacer obras de arrepentimiento, porque habiendo conocido a Cristo y gustado de los dones, la buena Palabra y la participación del Espíritu Santo, volviéndose al ritualismo judío vuelvan a Cristo.
Esa acción equivale a pretender volver crucificar a Cristo para si mismos porque se estarían convirtiendo en gente como la que crucifico a Jesús, eso significa exponer al Hijo de Dios glorificado a vituperio, a la burla.
Estamos a tiempo de afirmar nuestra fe en Jesucristo.