Lección 15
Evangelio de Juan
Texto Básico: Juan 10:1-42
Este capítulo constituye el último llamado oral al arrepentimiento y a la fe que Jesús hace al liderazgo del pueblo de Israel. Su mensaje se divide en dos partes.
La primera parte (vrs.1-21) es expuesta al final de la Fiesta de los Tabernáculos.
La segunda parte del mensaje (vrs. 22-42) es entregada al pueblo, dos meses después, durante la celebración de la Fiesta de la Dedicación.
Las dos partes del mensaje están interconectadas entre sí porque las circunstancias en las que el Señor se encuentra en Jerusalén dos meses más tarde, requieren que Jesús continué con el tema que había empezado, dos meses antes, al final de la Fiesta de los Tabernáculos (ver Vr.26).
El Señor Jesús aprovecha el simbolismo de la Fiesta de la Dedicación para darle a los judíos de su tiempo la última oportunidad de salvación. Esta fiesta conmemoraba la rededicación del templo hecha por Judas Macabeo en el año 164 aC. El templo había sido profanado por Antíoco Epífanes por 3 años y medio, del año 167 al 163 aC. Instalando sobre el Altar del Sacrificio la imagen del dios sirio “Baal – Shamen” del cual Antíoco se consideraba ser su manifestación terrenal. La rededicación en si constituía la última gran liberación que Israel conocía, y en su mente, esta fiesta representaba la esperanza de que algún día Dios volviera a intervenir en la vida de su pueblo salvándolo, ahora del yugo romano.
En este contexto Jesús se presenta con el último mensaje de su ministerio público que es una última invitación de liberación al pueblo. Pero mientras el pueblo esperaba un General como Judas Macabeo, Jesús se presenta como El Mesías-Pastor, como la solución pastoral de Dios, como el Dios que pelea sus batallas como pastor y que libera a su pueblo constituyéndolo en rebaño, pastoreándolo y restaurándolo interiormente. Con tanta frecuencia nosotros también esperamos un general. Pensamos que la solución a nuestros problemas es que Dios cambie nuestras circunstancias de una manera milagrosa y radical. Sin embargo, nuestra solución no está en la acción de un general sino en la acción del Gran Pastor de las Ovejas que nos transforma a nosotros interiormente, nos reconcilia, nos restaura, nos incorpora y nos guía. Jesús de Nazaret era todo lo que Israel necesitaba en este momento histórico, pero Jerusalén no lo entendió. Jesús es el único gran pastor que necesitamos hoy; entendámoslo nosotros.
1. La Ilustración (La “figura de pastor” que Jesús usa) vrs.1-6.
Estos seis versículos retratan la relación que en Palestina el pastor mantenía con sus ovejas. Se acostumbraban los apriscos o pesebres comunitarios. Es decir, se construía un solo pesebre en la comunidad y allí llevaban todos los pastores sus ovejas a pasar la noche. El aprisco era un corral grande de piedra de 3 metros de altura que protegía a las ovejas de los lobos y de los ladrones de noche. Los pastores se turnaban por noche para cuidar el redil. El velador se acostaba en la puerta para estar al pendiente de todo. En la mañana se pre sentaban los pastores para sacar su rebaño a pastorear y cada uno llamaba a sus ovejas y sus ovejas conocían su voz y lo seguían. El pastor "metía" a sus ovejas para protegerlas y las "sacaba" para alimentarlas
La oveja es un animal totalmente inofensivo e indefenso que posee un mal sentido de dirección y fácilmente se descarría, se pierde y es presa segura del enemigo. Por lo tanto, la oveja necesita ser guiada y protegida.
2. La Explicación de la Ilustración (vrs.7-21).
1. La puerta (vrs.7-10) Jesucristo es La Puerta y como tal él controla la entrada y la salida de las ovejas. Pero el pasaje habla de tres puertas que necesitamos identificar para entender la totalidad del pasaje:
1. La Puerta del Redil (vr.1). Aquí el pesebre es Israel y "la puerta" es el plan que Dios tiene para este pueblo. Cristo vino al pueblo de acuerdo al plan eterno de Dios y el verdadero liderazgo lo reconoció, le abrió la puerta y las ovejas reconocieron su voz.
2. La Puerta de las Ovejas (vr.7). Esta puerta enfoca a las ovejas. Es la puerta de protección y de provisión porque por ella entran y salen las ovejas. Esta puerta es Cristo.
3. La Puerta de Salvación (vr 9). Jesús es la puerta, solo a través de él hay salvación.
2. El Pastor (vrs.11-15). El pastor es el dueño de las ovejas. El asalariado no es verdadero pastor sino que se contrata para que en ocasiones las cuide por un salario. Aquí Cristo dice que los líderes espirituales de ese momento no aman a las ovejas porque son asalariados y que él es el verdadero pastor porque:
- Entra por la puerta del redil (2)
- Conoce a sus ovejas por nombre (3)
- Las mete (9)
- Las saca (9)
- Va delante de ellas (4)
- Él es su puerta (7)
- Da su vida por ellas (11).
- Integra a sus ovejas en rebaño (16)
- Les da vida eterna (28)
- Nadie las puede arrebatar de su mano (29)
3. Las Ovejas (vrs.16-21): Se trata de todos aquellos que lo reconocen, lo aceptan como la solución de Dios y se someten a él como su pastor. Lo que hace a alguien oveja es:
- Oye su voz (3)
- Conoce su voz (4)
- Le sigue: -Porque va delante -Porque conoce su voz
- No sigue al extraño: porque no conoce su voz (5)
- Conoce al pastor (14).
La Aplicación.
Jesucristo es el redil. Es decir, la liberación o salvación, la protección contra el lobo y el ladrón. Jesús es la puerta. Esto es, el único medio por el que la oveja puede entrar al redil para liberación y salir para provisión. Él es el buen pastor. Es decir, él es el que hace todo posible. El construye el redil y la puerta y guía a las ovejas al redil a través de la puerta. En otras palabras, Jesucristo lo es todo.
Es evidente que la solución a nuestros problemas es el pastoreo del Señor Jesús. ¿Está siendo él nuestro pastor? ¿Nos hemos sometido, a su pastorado? ¿Estamos siendo ovejas de su redil?