Lección 4
Sermón del Monte
Pasaje Básico: Mateo 5:13,14
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrara su sabor? Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no pude esconderse.” Mt. 5: 13, 14
Una Palabra de Introducción:
Los versículos 13-14 constituyen la ignición, la activación del carácter del contacto con el mundo necesitado. No hemos sido llamados a ser pobres, llorones, mansos, hambrientos y sedientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón, pacificadores y sufrientes para nosotros mismos, como es el caso de muchas religiones e ideologías humanas. Hemos sido llamados a ser esto para que el mundo vea la diferencia y se reconcilie con Dios.
No estamos aquí para aislarnos del mundo necesitado. Estamos aquí para ser guardados del mundo y relacionarnos con él en forma redentora (Jn. 17:11, 14,18 y 1ª. Pe. 2:9-10).
Cristo nos enseña acerca de este ir al mundo, de este contacto, de esa influencia, por medio de dos metáforas. Las dos nos presentan a un mundo en necesidad:
La sal habla de corrupción y la luz de tinieblas.
- La sal nos habla del ser ciudadanos del Reino de Dios de hacer las obras del Reino, de ese aspecto silencioso del discipulado.
- La luz nos habla del proclamar la justicia de Dios una vez que somos (vrs. 3-12) y hacemos (vr. 13).
¿Se entiende?
1. Hay que Ser Primero Sal
La Sal es usada como una metáfora. Una identificación directa de la sal y sus características principales según el uso más común que recibía en Palestina en los días de Cristo con el discípulo de Cristo y las características que éste debe mostrar ante el mundo. Debemos tener cuidado de no forzar esta figura de pensamiento más allá del uso que el Señor le dio. Por ejemplo, la sal posee aspectos muy negativos. Pero Cristo solo tiene en mente aquí su naturaleza positiva.
La Sal ilustra la actitud, los pensamientos, la inclinación del corazón, la voluntad, los móviles de Dios en nosotros con los que debemos acercarnos al mundo necesitado.
Esto lo ilustra el Señor por medio del uso principal que la sal recibía en aquellos días:
- Así como la sal era usada como preservativo contra la corrupción, el discípulo de Cristo debe ser un elemento de preservación contra la corrupción integral en la sociedad donde vive.
- Así como la sal era usada en esos días como medicina, el discípulo de Cristo debe ser un elemento medicinal para la enfermedad espiritual que la sociedad en la que vive padece.
- Así como la sal era usada como sazón, el discípulo debe ser un elemento en la sociedad que ilustre en su propia vida lo que es vivir con sabor, con gozo, con plena satisfacción y significado.
- Así como la sal era usada, en algunas ocasiones y contextos, para pagar al obrero su salario, el discípulo debe ser bendición general a todo aquel que entre en contacto con él.
La tragedia más grande de la sal:
Este tipo de sal podía, si se le exponía a ciertos elementos extraños, perder su salinidad, su capacidad para salar.
¿Qué será perder la salinidad?
¿Cuáles son las consecuencias?
2.- Luego hay que ser Luz (vr. 14)
Se trata de otra metáfora en la que el Señor, en forma concreta, se refiere solo a la preciosidad de la luz en su uso cotidiano de aquellos días. La preciosidad de la luz en su función de iluminar en medio de una absoluta oscuridad.
“Vosotros sois la luz...”
Implica que la presencia de las características establecidas en 5: 3-12, es lo que permite que el discípulo sea luz. No se es luz por decreto. Se es luz por transformación.
La luz nos habla especialmente de la proclamación de la justicia de Dios:
La justicia de Dios debe mostrarse. “Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” la luz de la ciudad en la noche le indica al viajero: “allí esta una ciudad, allí hay refugio y provisión”
La justicia de Dios debe ser enseñada vr. 15. La luz en el hogar ilumina, orienta y prepara para que cada quién cumpla con su función
La justicia mostrada y enseñada debe guiar a Dios
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres…” vr. 16