Probando, probando



¡No tengan miedo! – les respondió Moisés – porque Dios ha venido de esta manera para ponerlos a prueba y para que su temor hacia él les impida pecar. 

Exodo 20:20 

Susana comenzó a sudar. Y su nariz se ponía roja, y sudaba también.  

Cada día de examen, su maestro de geometría acomodaba los escritorios para que los alumnos miraran hacia el reloj del salón de clases, el cuál tenía escrito un mensaje gracioso que decía: “El tiempo pasará ¿Lo harás tu?

El profesor recorría las filas para entregarle a cada alumno una pregunta específica. Y amablemente, en el escritorio de Susana el profesor dejaba una caja de pañuelos higiénicos al lado de la hoja de examen, puesto que él sabía que Susana sudaba mucho. Cada examen, pregunta, o prueba traían al cuerpo de Susana una ansiedad increíble que se hacía evidente. “Dios ayúdame”, susurraba para su interior. 

Mirando después de los años, Susana ahora recuerda aquellas épocas de pruebas escolares, y recuerda cómo su “temor” hacia las pruebas, y la “presión” de sus padres para estudiar, realmente actuaron a su favor para producir buenos frutos. Ella estudió duro. Ella tomó la escuela con seriedad. Ella no se volvió buena en matemáticas en forma milagrosa, sino que su trabajo y ética le rindieron frutos después de todo. 

Cuando Moisés le enseñó al pueblo de Israel los 10 mandamientos – con el sonido del cuerno de carnero soplando y la montaña resonando con truenos – ellos se llenaron con un temor inexplicable. Dios les estaba mostrando Su poder y que Él hablaba en serio respecto a estas leyes. Pero Él no quería ahuyentarlos ni alejarlos.

Lo que Dios hizo fue causar en ellos un respeto profundo hacia Su Palabra y probar su deseo de obedecerlo a Él más que un miedo a las represalias. – Él quería su obediencia para fomentar una relación más cercana con ellos. 

Las pruebas revelan la verdad de lo que “sabemos” y en que áreas necesitamos crecer. Cuando Dios permite que seas probado, Él está invirtiendo en tu crecimiento. Así que cuando las pruebas lleguen (y lo harán), enfócate en el Señor que te ama y en Su Palabra. 

Reflexión y oración: 

¿Alguna vez fallaste ante alguna prueba? ¿Cómo reaccionaste ante aquella situación?  ¿Te está probando Dios en alguna manera actualmente?

¿Qué piensas que Él quiere enseñarte por medio de la prueba? 

Ora, y pídele a Dios que en medio de las pruebas de hoy, puedas permanecer en comunión con Él y con Su Palabra para que las pruebas den el fruto provechoso que Dios quiere formar en ti.