Por qué necesitas compartir tu lamento con otros



Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo

Gálatas 6:2

Al cruzar por pruebas, tu salud emocional necesita ser una gran prioridad. Los sentimientos no son necesariamente buenos o malos – son simplemente emociones. Pero necesitan ser expresadas apropiadamente hacia Dios y hacia un amigo de confianza. La Biblia dice, “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.” (Gálatas 6:2 NVI)

No es necesario que compartas tus sentimientos con todo el mundo, pero sí necesitas contar con una persona en la que puedas confiar. Alguien con quien puedas acudir y decir, “oye, ¿Puedo decirte como me siento en estos momentos?” Esta es una persona que escuchará, compartirá tu dolor y frustración, y te ayudará para seguir adelante. 

El apóstol Pablo nos da un gran ejemplo de compartir los sentimientos en vez de acumularlos en el interior. El escribe,Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión que hasta perdimos la esperanza de salir con vida: nos sentíamos sentenciados a muerte.” (2 Corintios 1:8 NTV)

Si Pablo, uno de los más grandes cristianos que ha existido, pudo ser honesto respecto a las dificultades internas que estaba experimentando, y no fue orgulloso pensando que todos deberían ver que todo le salía bien, sino que reconoció que llegó a experimentar desesperanza, frustración, y miedo, entonces nosotros también podemos ser honestos y expresar nuestro dolor. 

Compartir tus problemas implica compartir tus frustraciones, temores, y sentimientos. Hoy vivimos tiempos sin precedentes, y todos hemos sentido el estrés de la pandemia. Muchos de nosotros hemos experimentado pérdidas y oportunidades desperdiciadas debido a un mundo convulsionado. Puede que te hayas perdido una graduación, el funeral de un ser querido, una boda, o el nacimiento de algún nieto. 

Necesitas “lamentar” de alguna forma esas pérdidas – y no solamente en privado. El lamento es algo bueno y saludable. Es la manera en la que podemos avanzar. Compartir tu lamento con otros te protege del asilamiento y de la soledad, y te recordará la provisión de Dios para tu vida. 

¡Dios nos creo para necesitarnos unos a otros! Él nos diseñó para compartir nuestros sentimientos con otros. Pero Él también quiere que compartamos nuestros sentimientos con Él: “El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado. La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el Señor llega al rescate en cada ocasión.” (Salmos 34:18-19)

Compartir tus sentimientos con otros puede que no sea algo que brote naturalmente de ti. Pero es la única manera de permanecer emocionalmente sano. Encuentra esa persona de confianza que pueda ayudarte en el proceso que estás experimentando, y entonces sé esa clase de amigo hacia alguien más.

Reflexión y oración: 

¿Por qué piensas que Dios quiere que comuniquemos nuestro lamento con otras personas, y no solo con Él? ¿Por qué Dios te diseñó para necesitar a otras personas? Pidamos a Dios que nos de un corazón humilde para que quitemos el orgullo que muchas veces nos impide compartir nuestras debilidades con otros. 

Si piensas que no hay nadie que necesite que tu seas esa clase de amigo, pídele a Dios que te ayude a estar más atento y alerta a las dificultades de los demás. 

Pidamos a Dios que derribe todo obstáculo en nuestro interior que impide que seamos una comunidad que lleva las cargas los unos de los otros.